Enrique Soler.// Esta semana miembros de
la Asociación CARALLUMA detectaron un vertido de sustancias contaminantes indeterminadas en el río Quípar, a la altura del Estrecho de las Cuevas de
la Encarnación, al observar una coloración blanca del agua del río y de una de las acequias que discurren en su margen derecho. Las características físicas del mismo hacen pensar que proviene de la limpieza de una cuba agrícola utilizada para la fumigación, tal y como ha sucedido en ocasiones anteriores.
Esta circunstancia se comunicó de forma inmediata a los agentes mediambientales de la zona, los cuales se personaron en la zona y recogieron muestras del agua, que posteriormente fueron entregadas a la Confederación Hidrográfica del Segura.
Según ha informado Caralluma, se van a analizar las muestra y a realizar las acciones necesarias para identificar, si es posible, al autor o autores del vertido, que podría constituir un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, tipificado en el artículo 325 del Código Penal y castigado hasta con cinco años de prisión.
La Asociación señaló en un comunicado la vulnerabilidad de la población de nutria común (Lutra Lutra), catalogada como especie en peligro de extinción, existente en esta zona, sin olvidar a otras especies presentes, y hace un llamamiento a las autoridades locales y regionales para ejerzan sus funciones a la hora de salvaguardar la calidad de las aguas y así velar por la sanidad pública y por el patrimonio natural. En particular pedimos que se extreme la atención en cuanto a la depuración de las aguas residuales que posteriormente vierten al río y se eviten vertidos puntuales que se producen en determinadas ocasiones, bien por descoordinaciones operativas o por circunstancias externas como precipitaciones torrenciales que pueden provocar vertidos por desbordamiento en la depuradora de
la Encarnación.
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