ENRIQUE SOLER.// Antonio José López ´El Rubio´ abría la puerta grande de la feria de San Zenón en Cehegín. No se achicó el de Caravaca, pese a llevar una larga temporada en el dique seco, sin vestirse de luces, demostrando que es capaz de darlo todo en una tarde.
El primero de su lote lo lució cuajando varias medias verónicas con el capote, arrancando aplausos al público en la faena de muleta. No dudo a la hora de rematar y desorejó a Mariposa, un ejemplar cárdeno oscuro de la ganadería de Ana Romero. El Rubio dedicó la suerte de su primer toro a la Asociación Proencierros de la localidad.
En el tercio de banderillas, brillante fue la actuación de Antonio Camas, al cual el público obligó a desmonterarse.
En el segundo de su lote €dedicado a su madre, presente en la plaza€ consiguió un apéndice, tras una buena faena que no llegó a completar, cuando la espada le jugo una mala pasada.
Oreja para Montiel
Francisco Montiel recibió de rodillas junto al tendido al primero de su lote, del cual obtuvo una buena faena. Montiel brindó su primer toro de la tarde a un aficionado de Cieza, pero no llegó a culminar la faena, fallando a la hora de matar. Tras aviso y descabello, fue premiado con una oreja.
El último de la tarde lo dedicó a los alumnos de la escuela taurina, al matador Pepín Liria y al novillero de Cehegín, Antonio Puerta, al grito de «ahí esta el futuro de la fiesta de los toros». Montiel volvió a fallar a la hora de rematar la faena y el público lo premió con ovación y vuelta al ruedo.
Rejoneo con recompensa
La terna la completó el rejoneador Juan Valdenebro que era el encargado de abrir el cartel de la tarde. No tuvo suerte en su primer toro, que tras una gran faena demostrando su maestría, recibió dos avisos y tuvo que realizar varios descabellos, no fallando a la hora de la suerte final en el segundo, donde el público le premió con una oreja.
Aunque no hubo incidentes en el ruedo, las altas temperaturas provocaron que el equipo médico tuviera que intervenir en dos ocasiones, una por un golpe de calor y la segunda para atender al empresario ceheginero Juan Maravillas, que sufrió una hipoglucemia.
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