
Estos destinatarios, o mejor dicho, beneficiarios del Servicio de Ayuda a Domicilio, están siendo informados de que la prestación que hasta ahora recibían será a partir de ahora calculada a través del IPREM y no del Salario Mínimo, o lo que es lo mismo, pasa de 641 euros a 532.
Pero no contentos con este leñazo, dan diez días a los beneficiarios para actualizar su expediente, y amenazan con que quien no lo haga tendrá consecuencias, no es que se le aplicará la rebaja automáticamente, sino que ellos entienden que renuncias al servicio y se le dará de baja de forma inmediata.

Personalmente me es indiferente el método que se utilice para prestar este necesario servicio público, pero me temo que la desaparición del actual sistema, conllevará inexorablemente la eliminación de esta ayuda social, y el primer paso ha sido empezar a jugar con las miserias, y para ello no tienen el más mínimo rubor en argumentar:
‘Esto mejor que nada’.
Ya estamos un poco más cerca de la beneficencia que antes.
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